Los productos de acabado de madera no son tan inofensivos.

Para garantizar la durabilidad de los muebles de madera, los productos de acabado a base de barniz, cera, aceite o pintura son esenciales en el proceso de fabricación o renovación de los muebles. En efecto, cualquiera que sea la función del mueble de madera, será inevitablemente objeto de todo tipo de microagresiones durante su uso. Ya sean golpes, roces, líquidos o incluso arañazos, los muebles forman parte de la vida familiar y están sujetos a los pequeños accidentes del día a día.

Aunque los productos de acabado son muy útiles, no siempre está claro cuál es la diferencia entre ellos, qué sustancia utilizar y, sobre todo, si son perjudiciales para la salud o el medio ambiente.

A continuación te ofrecemos una breve guía para que conozcas mejor estos diferentes productos.

Barniz: una protección reforzada y duradera

Los barnices utilizados para la madera de los muebles se consideran filmógenos. Esto significa que proporcionan una capa adicional de protección. El barniz es principalmente transparente (los hay tintados, pero son menos comunes), y da un aspecto completamente diferente a la madera, que puede ser brillante, satinado o mate.

Junto con la pintura, es la forma de protección más duradera. Aparte del aspecto estético, la gran ventaja del barniz es que protege la madera de los golpes o del agua. Por lo tanto, se recomienda especialmente para los muebles que van a estar en habitaciones con un alto nivel de humedad, o que van a estar sometidos a un uso intensivo.

El mantenimiento de un mueble barnizado es muy sencillo; basta con quitarle el polvo con un trapo.

También es posible aplicar aceite de linaza, una vez al año, después de retirar el polvo de los muebles.

La ventaja del aceite de linaza es que nutre, protege la madera y le da más brillo.

Pintura: para un cambio de estilo

Una capa de pintura sobre un mueble de madera puede darle un aspecto completamente diferente, ya sea en el color o en la apariencia. Las posibilidades son infinitas. Una forma rápida y sencilla de transformar o renovar un mueble.

Al ser la pintura opaca, ocultará las características visibles de la madera (vetas, cambios de color, etc.).

La pintura es filmógena, por lo que deja una capa sobre la madera. Esto protege los muebles del uso diario: del agua o de los impactos.

Mantener un mueble pintado es muy sencillo: debes quitar el polvo con un paño, y limpiar con jabón y agua tibia, si es necesario.

La cera: la base del esmalte incoloro

La cera es uno de los productos de acabado más utilizados en la industria del mueble. Es el método tradicional para conseguir un discreto efecto satinado, siendo especialmente aconsejada para los muebles antiguos, con el fin de darles una nueva pátina. Por otro lado, la cera no forma películas y respeta el aspecto auténtico de la madera.

¿Qué significa "pátina"?

Es la transformación de la madera para darle un aspecto envejecido y rústico, que reproduzca el efecto del paso del tiempo, resaltando sus rugosidades o vetas.

Al igual que el barniz, la cera puede teñirse para mejorar el aspecto de la madera, pero no se suele hacer porque es esencialmente incolora.

La ventaja de la cera es que impermeabiliza la madera y hace que conserve su elasticidad para una mayor durabilidad. Es una buena alternativa al barniz o la pintura, pero no es tan buen protector como estos dos últimos.

Otra ventaja es su especial y agradable olor, que se extiende por toda la habitación.

También en este caso, el mantenimiento de los muebles encerados no es complicado. En primer lugar, hay que quitar el polvo de los muebles con un paño sin mojarlos, y luego aplicar aceite de linaza para reavivar su brillo.

Aceite: un acabado discreto

Muy similar a la cera, el aceite permite dar un acabado a la madera manteniendo su aspecto natural y realzando sus características estéticas. En efecto, el aceite penetra en la madera, nutre toda su estructura y protege sus fibras. Es suave al tacto, pero no forma película. La madera no conserva una capa superficial visible. Existen diferentes tipos de aceite, algunos de ellos tintados, pero los más naturales son incoloros. Para una aplicación uniforme del aceite, se recomienda utilizar un pincel.

El aceite protege la madera de la humedad y el polvo y permite que la madera desarrolle una pátina con el tiempo. Es económico en comparación con los otros productos de acabado mencionados anteriormente, pero también es el menos protector.

Los muebles aceitados deben limpiarse con un paño suave, evitando el uso de productos de limpieza agresivos. El engrase de los muebles puede renovarse anualmente.

Favorecer lo natural

De estas diferentes soluciones de acabado de la madera, ¿cuáles son las que hay que favorecer para mantener un interior saludable y beneficiarse al mismo tiempo de sus propiedades protectoras y estéticas?

La buena noticia es que cada categoría tiene su contrapartida natural.

Para el barniz y la pintura, te aconsejamos que recurras a productos con composiciones simples a base de agua, y para los barnices, lo ideal es que estos sean incoloros. Por regla general, los fabricantes de productos de acabado presumen del aspecto ecológico y saludable de sus productos. Por lo tanto, una etiqueta sin COV, natural o sin formaldehído es una buena señal.

Cuando se trata de aceites y ceras, las versiones vegetales garantizan un producto que no es perjudicial. Se utiliza mucho el aceite de linaza, por ejemplo, pero también se puede utilizar aceite de girasol o de oliva.

En cuanto a las ceras, hay algunas de origen animal, como la cera de abeja, que es la más conocida, y de origen vegetal, como la cera de carnauba. Hay que tener en cuenta que la cera vegetal nunca se utiliza pura, sino mezclada con otras ceras (animales o minerales).

Por último, si te preguntas qué acabado ha recibido tu nuevo mueble, puedes pedir detalles a la marca. En Kipli somos transparentes al respecto. Los artesanos con los que trabajamos sólo utilizan acabados naturales para realzar nuestra gama de muebles de interior.