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Para la gran mayoría de los consumidores, elegir un nuevo colchón de calidad suele ser complejo, ya que hay muchos criterios de selección a tener en cuenta. En efecto, hay que tener en cuenta mucha información, a veces contradictoria, mientras se encuentra un modelo que corresponda a las preferencias de uno y a sus sentimientos en términos de comodidad, que pueden variar mucho de una persona a otra.
Además del tamaño, el grosor y el rango de precios, la composición de los colchones juega un papel importante a la hora de orientar la elección, debido a su impacto directo en la densidad, la suavidad o la firmeza de un lecho.como recordatorio, hay colchones de muelles, colchones de látex natural, colchones híbridos y colchones de espuma.
En cuanto a los colchones compuestos de espuma, que representan la parte dominante del mercado de colchones económicos, hay 3 tipos principales de espuma: espuma de poliéter, espuma de poliuretano y espuma con memoria. Por lo tanto, le sugerimos que se informe sobre las ventajas e inconvenientes de estos diferentes modelos de colchones de espuma, para comprender mejor la influencia de su composición en el confort y la calidad del sueño.
Los diferentes tipos de colchones de espuma
Como acabamos de mencionar, los colchones de espuma sintética son los más extendidos, por razones como la accesibilidad, el precio y un menor peso que otros tipos de colchones, lo que facilita su entrega o transporte en las mudanzas. Además, sea cual sea su tipo de somier, es muy fácil encontrar un colchón de espuma compatible.
Contrariamente a la creencia popular, hay diferencias reales entre los tipos de espuma utilizados para fabricar colchones, con consecuencias prácticas para su densidad y resiliencia (la capacidad de un colchón para recuperar su forma después de cada noche de uso). Veremos también que hay un punto común a todas las espumas, que es también una gran desventaja, a saber, una fabricación resultante de la petroquímica, basada en productos químicos cuyas emanaciones tóxicas difícilmente pueden pasarse por alto.
La espuma de poliéter
Considerada como el material utilizado en los colchones de gama básica, la espuma de poliéter se caracteriza por estar fabricada a base de células cerradas, ofreciendo poco confort y limitando mucho la vida útil del colchón y la expectativa de uso óptimo en el tiempo.
Los colchones de espuma de poliéter tienen, en la mayoría de los casos, una densidad de entre 16 y 35 kg/m3, que puede ser suficiente para la cama de un niño o para equipar una segunda vivienda, pero resulta ser insuficiente para el uso diario con el paso del tiempo, ya que un colchón de espuma de poliéter tiende a aplastarse con el paso del tiempo cuando se utiliza de forma intensiva.
Los procesos de fabricación de la espuma de poliuretano incluyen el uso de muchos aditivos químicos, que inevitablemente acaban en el aire del dormitorio. En efecto, desde el momento de su fabricación, un colchón de espuma emite compuestos orgánicos volátiles, así como partículas finas debido al rápido desgaste de los materiales que componen las espumas.
Para completar, cabe señalar que este material se utiliza frecuentemente como componente secundario de los colchones con núcleo de látex, o núcleo. En estos casos, la calidad global del colchón se ve mejorada por la presencia de esta capa de 10-15 cm de látex.
Espuma de poliuretano
A diferencia de las espumas de poliéter, la espuma de poliuretano es un producto de célula abierta, que proporciona una mayor densidad, de 35 a 60 kg/m3.frta mayor densidad mejora, por tanto, ligeramente la firmeza y la elasticidad de estos colchones. Sin embargo, su vida útil óptima sigue estando limitada a 7 años.
La contrapartida negativa de la espuma de célula abierta es una alta sensibilidad a la humedad, que puede ser molesta para las personas que tienden a pasar demasiado calor por la noche y a sudar durante el sueño y que requiere el uso de un somier que permita una buena ventilación de la cama. La presencia de humedad y transpiración favorece el desarrollo de ácaros y bacterias, lo que, más allá de la falta de confort, debería ser una señal de alarma para los alérgicos.
Además, la espuma de poliuretano no destaca por ser saludable e inofensiva para el medio ambiente, debido a la larga lista de productos químicos que incluye.
De todos los tipos de espuma utilizados por los fabricantes y marcas de colchones, la espuma con memoria, también conocida como viscoelástica, es la que ofrece una densidad superior a 50 kg/m3, capaz de adaptarse a todas las morfologías y posiciones de descanso. La espuma con memoria se considera una tecnología que ofrece la posibilidad de obtener una cama firme y confortable al mismo tiempo.
Como su nombre indica, la espuma con memoria se distingue por su capacidad de abrazar perfectamente las curvas de su cuerpo durante la noche, y luego volver a su forma original sin dejar ningún hueco. Al igual que la espuma de poliuretano, la espuma viscoelástica puede retener el calor y la humedad, lo que puede no gustar a algunos y contribuir a la búsqueda de un colchón más natural, como el látex. La humedad no sólo favorece a los ácaros del polvo y a las bacterias, sino que también influye en el confort (el colchón se vuelve más blando cuando hace calor y más duro cuando hace frío).
En opinión de los expertos, los colchones de espuma viscoelástica son adecuados para las personas con dolores de espalda y tienen un efecto positivo en la circulación sanguínea durante el sueño nocturno, debido a que su densidad y tecnología limitan la intensidad de los puntos de presión entre el cuerpo y la superficie del colchón. Por otro lado, su baja transpirabilidad y su composición química (61 sustancias químicas diferentes) hacen que no sean recomendables para personas sensibles o que sufren de alergias.
Densidad, firmeza y confort de los colchones de espumación
Existen varios criterios técnicos para determinar el tipo de colchón de espumación que puede conformar la ropa de cama que mejor se adapte a tus necesidades, en función de tus preferencias, tu morfología y tu noción de confort, empezando por la acogida del colchón.
El confort de acogida de un colchón es la primera sensación que se siente al acostarse en una cama.frta acogida, que varía según la calidad y el grosor del relleno, puede ser muy suave, afelpada, firme o tonificada. Cuanto más grueso sea el relleno, más suave se sentirá, y los colchones de espuma sintética se consideran menos firmes que los de muelles. La calidad del relleno se indica en g/m² en la ficha técnica del producto.
La densidad de un colchón de espuma le indica más sobre su firmeza y vida útil. Para un adulto, se recomienda optar por un modelo de colchón con una densidad superior a 35 kg/m3 para beneficiarse de un confort mínimo. La elección de la firmeza de un colchón, que va de suave a muy firme, se hace en función del peso y la talla.
Un colchón firme suele ser adecuado para la cama de personas corpulentas y altas. Por el contrario, los niños y las personas más ligeras prefieren los colchones de espuma menos firmes. Por último, si dos personas con diferentes tipos de cuerpo comparten la misma cama, es posible elegir un colchón de doble densidad, en cuyo caso cada persona encontrará la densidad ideal para su sueño y confort.
Para seguir con el tema de la cama compartida y las cuestiones que plantea, es importante recordar que los colchones de espuma con memoria tienen una buena independencia de la cama, es decir, que los movimientos de una persona no se transmiten a la otra a la menor oportunidad. Por el contrario, los colchones de espuma de poliéter o poliuretano tienen una calidad y densidad general demasiado baja para absorber adecuadamente el movimiento.
Para aquellos sensibles a los ácaros del polvo y las bacterias, es importante recordar que los colchones de espuma sintética tienen una muy baja transpirabilidad.frto significa que no son eficaces para evacuar el vapor de agua generado por la transpiración durante la noche y, por lo tanto, no son los modelos de colchón más adecuados para proporcionarle una cama sana, cómoda y agradable.
Para concluir, es necesario hablar de la noción de soporte de un colchón, que es esencial para la calidad de la cama y del sueño gracias al mantenimiento de la columna vertebral en una posición óptima. En el caso de los colchones de espuma, la calidad del soporte depende principalmente de su grosor, que oscila entre 12 y 25 cm según el modelo. Para uno o más adultos, es aconsejable elegir un modelo con un grosor de unos 20 cm como mínimo.
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